LA PRESUNTA ABUELITA
Había
una vez una niña que fue a pasear al bosque. De repente se acordó de que no le había comprado ningún regalo a su abuelita. Pasó por
un parque y arrancó unos lindos pimpollos
rojos. Cuando llegó al bosque
vio una carpa entre los árboles
y alrededor unos cachorros de
león comiendo carne. El corazón le empezó a latir muy fuerte. En cuanto pasó, los leones se pararon y
empezaron a caminar atrás de ella. Buscó algún sitio para refugiarse y no lo encontró. Eso le pareció
espantoso.
A lo
lejos vio un bulto que se movía y pensó que había alguien que la podría ayudar.
Cuando se acercó vio un oso de espalda. Se quedó en
silencio un rato hasta que el
oso desapareció y luego, como la noche llegaba, se decidió a prender fuego para
cocinar un pastel de berro que sacó del bolso. Empezó a preparar el estofado y lavó también unas ciruelas. De repente apareció un
hombre pelado con el saco lleno de polvo que le dijo si podía
compartir la cena con él. La
niña, aunque muy asustada, le preguntó su apellido.
Él le respondió que su apellido era Gutiérrez, pero que era más conocido por el
sobrenombre Pepe.
El
señor le dijo que la salsa
del estofado estaba exquisita
aunque un poco salada. El
hombre le dio un vaso de vino
y cuando ella se enderezó se
sintió un poco mareada. El
señor Gutiérrez, al verla borracha,
se ofreció a llevarla hasta la casa de su abuela. Ella se peinó su largo pelo y, agarrados del brazo, se fueron rumbo a la casita del
bosque.
Mientras
caminaban vieron unas huellas que parecían de zorro que iban en dirección al
sótano de la casa. El olor de una rica salsa llegaba hasta la puerta. Al entrar
tuvieron una mala impresión:
la abuelita, de espalda, estaba borrando
algo en una hoja, sentada frente al escritorio. Con espanto vieron que bajo su
saco asomaba una cola peluda.
El hombre agarró una escoba y
le pegó a la presunta abuela partiéndole una muela.
La
niña, al verse engañada por el lobo, quiso desquitarse
aplicándole distintos golpes. Entre tanto, la abuela que estaba
amordazada, empezó a golpear la tapa
del sótano para que la sacaran de allí. Al descubrir de dónde venían los
golpes, consiguieron unas tenazas
para poder abrir el cerrojo que estaba todo herrumbrado. Cuando la abuela
salió, con la ropa toda sucia de polvo, llamaron a los guardas del bosque para
contar todo lo que había sucedido.
Autores: Guillermo Alvez de Olyveira - María Eulalia Alzueta de
Bartaburu.
Publicado en el libro Español en Acción - Tareas y Proyectos. Pág.
156.
Ed. Hispania 2004.
Ed. Hispania 2004.
Actividad de refuerzo
1) Elabora una lista con los falsos
congnatos del texto “La presunta abuelita” y su traducción al
portugués, luego busca la palabra en español para lo que creías que ella era en
nuestra lengua:
Ejemplo:
Español Portugués Portugués Español
presunta suposta presunto jamón

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